Wednesday 14 December 2011

Regalos para traductores (II)


Ya se acercan las navidades y con ellas la época de los regalos para la familia, pareja, amigos, clientes, etc. Siguiendo la entrada del año pasado que todavía podéis consultar aquí, este año hemos vuelto a elaborar una nueva lista con ideas de regalos para traductores (es decir, aseguraos de que este post vaya a parar a las manos de vuestros Reyes Magos :) Mis ideas están ordenadas según su valor aproximado y vienen seguidas por un par de apéndices firmados por los otros dos miembros del Calco:

(¡Esperamos comentarios con vuestras propias ocurrencias!)

Pantallón: si ves que tu traductor favorito sigue dejándose la espalda y la vista en la pantalla de su portátil, un muy buen regalo es una pantalla externa. La mía es de 24” y no sé cómo podía vivir antes sin ella.

Abono para clases de Pilates o de técnica Alexander: los métodos que más recomendamos para la salud física y psíquica del traductor del siglo XXI (¡y sobre todo para su espalda!).

Reposapiés con calefactor: si tu traductor no para de quejarse de lo fríos que se le quedan lo pies y además quieres mejorar su posición ergonómica de trabajo, Toesty Toes es la respuesta. Yo lo tuve que pedir de EE.UU. con gatos de envío no muy asequibles, pero el lujo de tener los pies calentitos entre fuzzies y tbx, para mí, no tiene precio :)

Zapatillas de correr: una buena indirecta que puede cambiarle la vida a un traductor si se propone darles uso. Y si ya corre, unas nuevas de alta calidad siempre se agradecen.

Diccionario Redes: el único diccionario de peso considerable que me llevo a todas partes, ya que no lo he conseguido sustituir por otros en versión de software o en línea. Es un diccionario combinatorio en el que se describen las restricciones léxicas/semánticas de los grupos sintácticos. Por ejemplo, si tienes que traducir “discount the distinct possibility”, buscas “posibilidad” y puedes consultar los adjetivos, verbos y sintagmas con los que normalmente viene acompañada tal palabra para traducir olvidándote de la literalidad del texto origen (en ese caso más de uno pondría sin pensarlo mucho “descontar la posibilidad distinta”): una maravilla.

Ratón vertical: la mejor manera de eliminar la tensión de la muñeca y evitar futuros trastornos del temido síndrome del túnel carpiano.

El libro de Mox: el libro con las tiras cómicas de las aventuras y desventuras de Mox –sin duda el traductor más conocido del mundo a pesar de sus paupérrimas tarifas– ha sido recientemente publicado por su autor, Alejandro Moreno-Ramos. Perfecto no solo para provocar las risas del traductor objeto del regalo, sino que también puede servir de manual de iniciación a un familiar, pareja o compañero que quiera comprender el día y día de la emocionante vida del profesional que tiene metido en casa o en la oficina.

Planta hermosa con tiesto USB: si ves que su mesa de trabajo necesita un poco de vida y alegría, pero no crees que tu traductor vaya a ser capaz de cuidar la planta que le has regalado con tanta palabra que ya tiene que mimar, inclúyele uno de estos tiestos, que al conectarse al USB, informan sobre cuándo la planta necesita agua, sol o cariño.

Zapatillas de estar en casa calentitas: la versión barata del Toasty Toes. La versión del microondas me parece poco higiénica (por eso de meter tus zapatillas en el mismo espacio que tus alimentos), por lo que la versión que calienta por USB tiene mejor pinta y no hace falta que el usuario tenga que moverse hasta la cocina constantemente.

Podómetro: para que (con este sí) pueda calcular lo mucho que se mueve a diario. También un buen regalo para los que van a correr, sobre todo si incluye cardiofrecuencímetro. Nota: para gente que no hace ejercicio habitualmente, se recomienda dar unos 10.000 pasos diarios.

Apéndice 1

Anacardos y gominolas.

Unos cascos (auriculares) para cuando los vecinos hagan obras.

Unas pesas de estas para poner el pecho y los antebrazos firmes.

Un apoyapiés [de los normales, sin calor].

Un vídeo con los mejores momentos de los globetrotters (para cuando te entran unas cuentas anuales o el manual de algún aparatejo diabólico).

Apéndice 2

Unos cascos mulliditos, enormes, aislantes del ruido.

Un teléfono móvil al que se le puedan meter dos sims, que funcionen a la vez y que no se le acabe nunca la batería [ya no solamente los hay chinos, si no que las marcas normales están empezando a sacar sus modelos. Si vives en el extranjero y tienes un pie en tu país por clientes y/o familiares, es lo suyo].

Un aparato de radio WIFI DAB para escuchar el Carrusel deportivo de Nueva Zelanda.

Una bicicleta.

Un surtido de embutidos de Jabugo.